El origen de los poderes de un hechicero data de épocas remotas y olvidadas, donde seres monstruosas y aberrantes abusaban de sus hechizos para alterar la realidad. El linaje de un hechicero conserva una parte de dichas fuerzas primitivas, y le facilita el manejo de ciertas Escuelas de magia.
El personaje ha de elegir un Linaje místico durante su creación, que no podrá cambiar una vez escogido. Cada hechicero obtiene una bonificación +1 a la hora de lanzar Conjuros de las Escuelas indicadas en su Linaje y un efecto especial que modifica determinados Conjuros.
En caso de que el jugador o el Director de juego consideren que no es necesario hacer uso del Linaje místico, el hechicero obtiene, en su lugar, una bonificación +1 a las Tiradas de lanzamiento de Conjuros mediante este Rasgo, sin entrar a distinción de Escuelas u otras variables.
Uno de tus ancestros fue tocado por un ángel o visitado por el avatar de un espíritu deífico. Los hechiceros marcados por este linaje son llamados oráculos y se les trata como la viva voz de una deidad.
Los mundos diabólicos, que se encuentran alejados de la realidad, albergan centenares de criaturas malignas que, por lo general, no pueden visitarlos. Sin embargo, uno de tus ancestros contactó con un ente diablesco para imbuir su alma con maldiciones y fuego infernal. Ahora portas esa marca, que hace de ti alguien sombrío y ducho en las artes oscuras.
Un dragón asumió la forma de tu raza y se emparentó con uno de tus ancestros. Por tus venas corre la poderosa sangre de los antiguos reptiles, que tonifica tu cuerpo y te permite potenciar con mayor facilidad los hechizos elementales.
En algún punto de tu línea genealógica, un ser alienígena formó parte de tus antepasados. Quizás enloqueció a uno de tus bisabuelos o ultrajó la noche de bodas de algún antecesor. De un modo u otro, tienes una facilidad especial para los hechizos enajenadores.
El espeluznante toque de la muerte en vida afectó de manera inmoral a un miembro de tu familia. Quizás fue un poderoso mago que se transformó en un liche o un descuidado arcanista que abrazó los placeres de ultratumba; el hedor del más allá está presente por donde pasas y tus repugnantes dones levantan sospechas e inquietan a los ignorantes.
La Buena Gente interfirió en algún momento con tus antepasados y por ello ahora estás alumbrado por sus caprichos y sus hechizos. Formar parte de una realidad tan pasional como es la de las tierras de las hadas te hace ser impulsivo, sentimental y colérico, algo que deja marca en todos aquellos que te conocen.
La siniestra luz lunar alumbró tu nacimiento o el de alguno de tus antepasados. Tu piel es blanca como la nieve y probablemente tu pelo también; se considera signo de debilidad en ciertas culturas, y tu habilidad arcana fluye mejor por las noches que por el día. Por tanto, las horas brujas son más cómodas para ti.
Existe la posibilidad de que tu línea de sangre provenga de las profundidades más ignotas del océano o de algún reino de ultramar olvidado. Eres llamado las aguas marinas y no puedes resistirlo; te puede maravillar u horrorizar, pero sabes bajo esa inmensa masa de agua se ocultan secretos indescriptibles que puedes moldear a tu merced.