Los Atributos son una serie de valores numéricos que definen las capacidades innatas de un personaje. Suelen permanecer inamovibles al paso del tiempo; sin embargo, ciertas experiencias o desgracias vividas por el personaje pueden llevar a su modificación.
Existen seis Atributos diferentes, que agrupan a grandes rasgos ciertas capacidades del ser humano.
El concepto de Físico aúna en un mismo puntaje la resistencia física y la fuerza bruta, definiendo la capacidad para cargar, empujar y aguantar esfuerzos físicos demoledores. Un personaje con un valor alto en este Atributo suele gozar de musculatura marcada.
Influye en las siguientes Características:
Define cuan suelto es el personaje, su coordinación mano-ojo, la destreza que muestra a la hora de manejar herramientas o armas y la gracilidad con la que se mueve. Un personaje con alto valor en este Atributo suele ser esbelto y de dedos rápidos.
Influye en las siguientes Características:
Esta puntuación detalla el raciocinio del personaje, así como su nivel de inteligencia, su capacidad de comprensión y resolución de problemas de diversa índole, y la facilidad que tiene para entender nuevos conceptos. Un personaje con alto valor en este Atributo suele ser metódico, inquisitivo y cerebral.
Influye en las siguientes Características:
Delimita el umbral de los sentidos físicos, la capacidad de atención y el talento artístico natural. Un personaje con un alto valor en este Atributo suele demostrar habilidades artísticas, musicales o expresarse con exquisitez.
Influye en las siguientes Características:
Conjunto de diversos factores sociales que definen la aptitud para desenvolverse con otros individuos. Viene a aunar tanto la apariencia física, el arte para la manipulación y la capacidad para caer bien. Un personaje con un alto valor en este Atributo es el alma de la fiesta, al que todo el mundo quiere o un empresario cruel y mezquino que logra siempre lo que se propone.
Influye en las siguientes Características:
El valor de la Suerte cuantifica cuánto –y con qué potencia– el personaje es capaz de influenciar en los actos del destino y la buena fortuna. Es una medida numérica que se emplea para alterar resultados de Tiradas o la propia partida; su uso y utilidad queda en manos del Director de juego.
Un personaje comienza con 1d6+2 de Suerte.
El mínimo que un personaje jugador puede tener en un Atributo es 4, mientras que el máximo es 10. En términos generales, la media humana se encuentra entre el 4 y el 5 en un Atributo. Valores inferiores denotan algún tipo de minusvalía o tara, mientras que valores superiores pertenecerán a genios o a personas especialmente bien preparadas.
Cada personaje comienza con 4 puntos en cada Atributo, excepto Suerte, y después puede repartir puntos adicionales dependiendo del nivel de realismo que quiera dar el Director de juego a la campaña.
No se recomienda permitir a los jugadores incrementar el valor de sus Atributos, pues alteraría de forma significativa el equilibrio del juego. Ten en cuenta que, si existiese la posibilidad de mejorar un Atributo, sale más a cuenta incrementarlo que subir las Habilidades relacionadas con el susodicho.
Sin embargo, es natural que los personajes, aparte de aprender más –y reflejarlo mediante sus Habilidades- quieran volverse más fuertes, más ágiles o mejorar sus aptitudes sociales.
Durante la creación de personaje, el jugador elige dos Atributos que considere importantes para el personaje, uno como principal y otro como secundario.