Encontrado en un bosque a la temprana edad de 3 años, sobre un círculo de cenizas, los orígenes de Drannor son completamente desconocidos.

Perdido o abandonado, una cosa estaba clara para la expedición de Elfos que lo encontró: El pequeño estaba imbuido de un gran poder. Un poder que permanecería oculto durante años.

Drannor fue acogido por Essaerae Iliven, una gran arquera a la que debe la mayor parte de sus destrezas de supervivencia, sigilo y combate. Pero esta es solo una parte de Drannor. Su otra mitad surgió en su centésimo octogésimo noveno aniversario. Mientras practicaba con aquella a la que llamaba madre el uso del arco largo en los interiores de un denso bosque, una corriente eléctrica recorrió su cuerpo, la cual fue canalizada por sus dedos hasta su arma. Seguidamente, toda la energía acumulada recorrió la distancia entre él y Essaerae, perforando el pecho de esta y acabando así con su vida.

Esta trágica muerte cambió a Drannor por completo y lo convirtió en el hombre que es hoy en día. Sediento de respuestas, su día a día le lleva de un lugar a otro buscando respuestas a su pasado y a su creciente poder.