El instituto de educación secundaria Virgen de los Remedios Perdidos es uno de los peores centros de Murcia en cuanto a abandono escolar, violencia en las aulas y crimen infantil. Los ciudadanos tiemblan al conocer que sus hijos puedan entrar a tal centro.

Construido hace siglos como convento para unos monjes católicos, las instalaciones no han sido renovadas desde el franquismo. Los alumnos que asisten al instituto proceden de familias de clase baja y media, y hay una gran cantidad de inmigrantes y miembros de etnia gitana. El profesorado está contratado por la Comunidad de Murcia y dirigido por el director Adonías Garrabagundi, un viejo historiador que ha pasado sus últimos años como profesor de Ciencias Sociales.

Los que logran completar sus estudios en la Virgen de los Remedios Perdidos suelen marcharse de la ciudad y olvidar sus días en el instituto. En definitiva, no hay esperanza para aquellos que estudian en este instituto olvidado por sus administradores.